Era uno de los pendientes, uno de esos que había comenzado varias veces. La razón de dejarlo no era el tema, ni la calidad. Me explicaré, lo empecé, dado sus pocas páginas, en el tren, otra vez mientras esperaba el autobús... Es un libro pendiente cómodo de llevar en trayectos. Pero claro, no lo terminaba. Hasta que realicé una vuelta a casa Ibiza-Mallorca-Valencia. En este trayecto sí que dio tiempo, al igual que "El coronel no tiene quien le escriba" es perfecto para un trayecto largo hacia Salamanca.
El lector no debe esperar enormes muestras de realismo mágico en este libro. "Simplemente" es la muerte de un hombre contada poco a poco, enredando el hilo para formar un conjunto. Mostrando la evolución, las causas y los personajes poco a poco, en cada nudo. Sin llegar a conocerlos por completo hasta el final.
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