domingo, 30 de agosto de 2009

Era un amor...

Era un amor asfixiante de los que se expanden a costa de hobbies, trabajo y personas en lugar de crecer para llenar una zona vacía.
Era un amor de miel, dulce y vistoso un instante pero pegajoso y dañino en el tiempo.
Era un amor aislante, de los que hace olvidar el pasado triste en igual proporción que el alegre.
Era un amor de los que cambia el carácter.
Era un amor como un cañonazo, intenso y sonoro pero breve.
No un amor de cocción lenta que produce un gustoso guiso reconfortante o una carne tierna.
Era un amor... que al fin y al cabo era suyo, el que los hacía despertarse en un presente alegre.

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