Ya ha aumentado pero flota, resiste suspendida un ratito, sigue devorando los pequeños seres que formarán su alma.
Pero llega un momento en que no aguanta más y cae. Desciende decenas de metros, cientos, ¡miles!
Ya llega al final, brilla un instante, crea el arco iris y... plaf, los pequeños seres salen de su estómago, se esparcen por el suelo y se vuelven a juntar para formar un río.
Ahora son felices siendo parte de un ser mayor, un río que fluye hacia el mar. No como la enorme gotaza que se los zampó en las nubes.
Para Raquel, 22-9-09
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