viernes, 10 de abril de 2009

Pequeños cambios

Entró, todo parecía estar en su sitio, nada, en apariencia, había cambiado. Las calles tenían la misma forma, la panadería seguía allí, los coches de los vecinos estaban, más o menos, en el trozo habitual. Se colocó en medio de la vía y miró a ambos lados, seguía viéndose el final oscuro. Las farolas sólo iluminaban el asfalto.

El viaje había sido menos largo de lo esperado pero muy cansado. Durante un periodo de tiempo, diez días, la extradición se había detenido. La cama, su cama...

La mañana llegó tranquila, como siempre, hacía sol. Se levantó, el pueblo estaba desierto. La mayoría de gente se había marchado de vacaciones, quizá algunos estarían en las costas de las que procedía. Por el rabillo del ojo vio el primer cambio. Un edificio en obras perpetuas, ya tenía estructura.

Fue a por el pan, un nuevo cartel de publicidad, camuflado de papelera, rompía el centro de la plaza. Cerca de la panadería, una parafarmacia había mutado a cafetería. Por lo menos la dependienta seguía siendo la misma. En otro rincón había florecido una tienda de hilos.

Respiró hondo, el río, aunque de igual nombre y trazado, contenía diferente agua.

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