
Recuerdo que disfrutamos, no sólo por no dar clase, con las diferentes sesiones que duró e incluso la comentamos en el patio. Nos la puso el profesor de literatura, hombre algo cabroncete que me llamaba "melón" y que tenía "el sentido poético de un trozo de bacalao".
Quizá la asociación de películas me viene por el carácter de Fernando Fernán Gómez y el del profesor de literatura, quizás sea porque interpreta un profesor o puede que por el niño protagonista pero lo cierto es que las dos se entrelazan en mis pensamientos.
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